Medellín: Sus problemas a raíz de su crecimiento rápido
Ensayo estudiantil de Albalucía Serna para el curso La Ciudad, SUNY College at Old Westbury, Oyster Bay, 1970.
Presentación por Andrés Vélez Sáenz
Este texto muestra elementos básicos que caracterizaron el trabajo de investigación y docencia adelantado por Albalucía en su trasegar por diferentes instituciones universitarias, especialmente en la Universidad de Antioquia. En efecto, se refleja su motivación y pasión por la utilización , en un medio universitario receloso, por no decir que hostil, a la utilización de métodos y técnicas de investigación cuantitativas, malinterpretadas como empiristas y desviacionistas de la lucha de clases y del camino revolucionario.
Además de su persistencia en lo cuantitativo, también muestra este breve texto la motivación por comprender un objeto de investigación relativamente nuevo para la sociología colombiana como era la formación y crecimiento de las ciudades, lo “urbano”, que demandaba una vision compleja, en tanto conjugaba dinámicas y tendencias económicas, políticas, sociales, culturales y ambientales cuya comprensión obligaba a darles contextos teóricos y soportes cuantitativos, que superaran y confrontaran discursos facilistas, con más ideología que ciencia.
El rigor teórico y metodológico que aplicaba Albalucía en sus trabajos de investigación no la alejaban de su interés y sensibilidad hacia los grupos de población más vulnerables que construían ciudad para recuperar el habitat perdido a causa de la violencia de la segunda mitad del siglo XX. No en vano mostraba su preocupación por las dificultades de estos grupos para ser asimilados por una sociedad cada vez más competititiva y mercantilizada, con un estado precario, incapaz de brindar soluciones a la demanda de Vivienda, empleo, educación, salud, servicios públicos y seguridad.
Preocupaciones que mantuvo a lo largo de su ejercicio professional, tal como se muestra en sus textos sobre los barrios populares, el Centro de la ciudad, ambiente y ciudad, el espacio público, temas que mantienen su actualidad y que se constituyen en una línea base para analizar más certeramente los avances y retrocesos que han tenido ciudades como Medellín con respecto a la calidad de vida de sus pobladores, a su inclusion social, a la construcción de oportunidades y, en general, a la convivencia ciudadana.
Introducción
Hoy en día, “La Villa de la Candelaria”, como fue llamada por sus fundadores, es la segunda ciudad más grande de Colombia, la capital de Antioquia (uno de los departamentos más ricos) y la ciudad industrial más importante del país.
Medellín está ubicada en el largo y ancho valle de Aburrá. El valle se ha convertido en el área metropolitana de Medellín, incluyendo los municipios de Envigado, Sabaneta, La Estrella, Copacabana, Girardota, Itagüí y Bello. A pesar de que el crecimiento de Medellín ha transformado el valle en una única metrópolis extendida, la información estadística aquí presentada se refiere únicamente a la ciudad de Medellín.
Si bien la idea inicial de este ensayo era estudiar la relación entre los procesos de industrialización y de urbanización en Medellín, la falta de información pertinente, pese al esfuerzo para encontrarla, ha resultado más bien en una descripción de los problemas que enfrenta la ciudad actualmente debido a su rápido crecimiento.
Estructura y ecología
Como considero que la ciudad es “el hábitat natural del hombre civilizado, en el sentido en que representa un área cultural con tipos culturales particulares”[1], antes de entrar al análisis del proceso de industrialización que será el tema de este ensayo, debo describir la estructura física de la ciudad de Medellín. Esta vista ecológica nos ayudará a entender los problemas actuales de la ciudad y su posible evolución futura.
Patrones de crecimiento
Como la mayoría de las ciudades fundadas por los españoles en América Latina durante la Conquista, Medellín empezó a crecer en torno a una plaza central (llamada La Candelaria). En el lado oriental está la catedral, dedicada a la Virgen María y construida justo después de la fundación de la ciudad. En el costado norte estaba el edificio de gobierno, que ahora ha sido reubicado a dos cuadras de la plaza. Las demás manzanas en torno de la plaza, trazadas en cuadrados perfectos, fueron habitadas por los fundadores. Algunas de las lujosas casas construidas en esa época siguen siendo habitadas por los descendientes de los fundadores. Los indios permanecieron en su lugar junto al río, a una milla de donde los españoles fundaron su ciudad.
Este asentamiento primitivo nos explica los patrones de crecimiento de la ciudad en torno a un centro que sigue siendo hoy el corazón de la ciudad. Alrededor de la plaza se fueron construyendo las oficinas gubernamentales, los negocios privados, las actividades comerciales, y las casas de clase alta. Entre más cerca de la iglesia se viviera, más elevada era la posición económica y social.
Áreas naturales
Mirando a la ciudad como es ahora, podemos identificar algunas de las áreas naturales o círculos concéntricos que Burgess distingue como área urbana.[2]
1. El distrito central de negocios y gobierno. Los nuevos edificios altos de oficinas, loso bancos, centros comerciales, almacenes pequeños y especializados, la congestión de tráfico y peatones, los vendedores ambulantes, y las pocas casas viejas de una planta que se mantienen por tradición a pesar del alto valor de la tierra, la presión de la oficina municipal de planeación, y las desventajas de vivir en esta zona.
2. El segundo anillo en Medellín está formado por dos áreas distintas. El lado sur y occidente es una zona de transición, con industria ligera, pequeños comercios, muchos bares y casas de empeño. Las casas de renta baja son ocupadas por familias de pocos ingresos, desempleados o con empleos ocasionales, prostitutas, etc. Este sector muestra las tasas más altas de todo tipo de patología (delincuencia, alcoholismo, prostitución, drogas, etc.). El lado norte y oriental es un área residencial de clase media alta. También contiene la mayoría de las instituciones educativas, especialmente las privadas: primaria y secundaria, así como universidades y formación técnica. Las escuelas primarias públicas están distribuidas por toda la ciudad.
3. La tercer área es, en su parte occidental y sur, el sitio de la mayor parte de la industria pesada, y en el lado oriente y norte, es habitada por trabajadores, especialmente de clase media baja.
4. En el cuarto anillo están, al sur y occidente, el área residencial de clase alta, y al norte y oriente, las invasiones o “barrios piratas”.
Las diferencias entre el suroccidente y el noreste pueden explicarse por el hecho de que Medellín está atravesada por un río, y el centro de negocios está en el lado nororiental del mismo.
Usos de la tierra
El análisis de las áreas ecológicas de Medellín nos ha mostrado una tendencia hacia la especialización de las zonas. Este proceso ha sido llevado a cabo en parte por competencia entre las zonas, y luego por regulaciones que establecen lineamientos según la planeación urbana.
El área central, que era antes una zona muy heterogénea, se convirtió en un centro de altos negocios, dado que los negocios o tiendas pequeñas y las unidades de vivienda se han visto desplazados del área por los altos impuestos, proyectos de renovación urbana, ampliación de las calles, y en general la competencia económica.
La industria pesada ha sido desplazada hacia el área del tercer anillo por disposiciones legales. El área de transición (suroeste del segundo anillo) pudo desarrollarse como un área de negocios y comercios de segunda categoría ocupada por aquellos expulsados del área central. Además, la población de esta área está compuesta más que todo por nuevos migrantes, quienes al asimilarse en la ciudad se mudan a un área residencial. El mayor esfuerzo de las autoridades municipales se concentra en limpiar esta zona.
En relación con las zonas residenciales, estas muestran una división evidente entre estratos económicos debido al valor diferencial de la tierra en distintas partes de la ciudad. En este sentido, hay una especie de zonificación, digamos, una segregación social.
En breve, una visión superficial de Medellín permite observar:
1. Un centro congestionado, donde a diario se mueve todo tipo de gente y bienes. Un tráfico pesado que confluye todo en el sector central, llevando a la gente de ida y vuelta al trabajo y a otras poblaciones del área metropolitana, a sus actividades económicas, centros comerciales, oficinas gubernamentales, etc. La congestión es agravada por las calles antiguas y angostas, el buen número de vendedores callejeros, y la gran cantidad de buses al ser buses pequeños y el único medio de transporte.
El problema del transporte parece ser agudo. La insuficiencia del servicio público, la falta de un sistema rápido para movilizar un gran número de personas al mismo tiempo, la congestión y estrechez de las calles y carreteras, la falta de autopistas para un tráfico más veloz, causan pérdida innecesaria de tiempo.
2. Un segundo aspecto fácilmente observable son las grandes favelas, invasiones o “barrios piratas”. No muy lejos del corazón de la ciudad encontramos la más increíble miseria y deterioro físico de las viviendas. Encontramos conglomeraciones de dos, tres o más familias en casas de dos cuartos; encontramos desempleo, hambre, enfermedad, etc. Y si preguntáramos quiénes son estas personas, encontraríamos que la mayoría son inmigrantes rurales. Esto está pasando en el segundo anillo de la ciudad, pero hay una situación peor: Aquellos migrantes que no tienen las conexiones para llegar a las primeras invasiones, construyen su “hogar” con latas, cartones, guacales, y cualquier tipo de basura que puedan conseguir, en los suburbios, donde carecen de los servicios más urgentes (agua corriente, desagües, etc.). Estas invasiones especialmente se ubican en laderas afectadas por la erosión, sin ninguna urbanización (en el sentido de que los servicios públicos no han sido extendidos a esta “tierra de nadie”).
La simple descripción de estos dos problemas (transporte e invasiones) nos muestra la incapacidad de la ciudad para cumplir su función: la de ser “hábitat natural del hombre civilizado”.[3]
El proceso de urbanización de Medellín
Los dos problemas que identificamos como los más críticos de Medellín son generalmente considerados una consecuencia natural del proceso rápido de urbanización de Colombia.
Medellín parece estar creciendo más rápido que cualquier otra ciudad en Colombia. (El último censo lo muestra, pero algunos estudios sostienen que la tasa de crecimiento poblacional de Cali es más alta). Medellín pasó de ser una ciudad mediana con 88,000 habitantes en 1924 a una ciudad de 358,189 habitantes en 1951, y en 1964 tenía una población de 779,789. Estudios de Naciones Unidas estiman la población en 1967 en 920,703 y sobrepasando el millón en 1969.
Sin embargo, las cifras anteriores no demuestran el proceso de urbanización, ya que entendemos la urbanización como el incremento en la proporción de la población urbana en relación con la rural, o en otras palabras, el incremento en la proporción de la población de un área viviendo en puntos relativamente permanentes de concentración de alta densidad.
Mirémoslo en un contexto nacional y regional. En 1951, Colombia tenía 11,500,000 habitantes, y en 1964 tenía 17,484,508. El departamento de Antioquia, el cual es más que todo rural con la excepción de Medellín, pasó de 1,570,197 a 2,057,230 en el mismo período. Si comparamos estas cifras con las correspondientes a Medellín, vemos que la ciudad está creciendo más rápido que el área rural de Antioquia y aún más que Colombia en general. Además, la tasa de crecimiento poblacional de Colombia se ha estimado en 3,2% (1963-1967) y la de Medellín, en 6,01% para el mismo período.
No podemos olvidar que la urbanización es un fenómeno no solo en Colombia sino en la mayoría de países latinoamericanos, y que conlleva la concentración de la población en algunas ciudades. En Colombia la población tiende a concentrarse en las cinco ciudades más grandes: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga.
La población rural de Colombia representaba en 1918 el 79% de la población total; en 1951, era el 63,7%, y para 1964 había caído al 47%. La tasa de crecimiento de la población rural es solo 1,2%
Causas de la urbanización
El incremento de la proporción de la población que vive en lugares de alta densidad puede explicarse por un número de factores relacionados, entre ellos:
A. El crecimiento natural de la población, es decir el crecimiento vegetativo que resulta de la relación entre nacimientos y muertes. En Colombia, aunque la tasa de natalidad ha bajado recientemente, la tasa de mortalidad empezó a descender de manera rápida y constante desde cerca de 1920. Veamos las cifras:
1951 | 1967 | |
Tasa de natalidad | 36,6% | 34,9% |
Tasa de mortalidad | 13,7% | 9,4% |
Esta es una explicación simple del incremento general de la población (las estadísticas por áreas no estaban disponibles), pero si se considera que la tasa de mortalidad es más baja en la ciudad (gracias a los servicios médicos, cuidados prenatales, hospitales, agua potable, etc.) y que la tasa de natalidad es casi la misma en las áreas urbanas y rurales, encontramos una de las razones del incremento de la población urbana. (Muchos autores sostienen que una de las características de la vida urbana es una tasa de natalidad más baja, pero esto aún no sucede en Colombia, porque, como se explicará más adelante, los migrantes de que llegan de áreas rurales traen a la ciudad los patrones reproductivos de la cultura rural. Esa cultura se conserva aún por varias generaciones debido a que la ciudad no asimila a los migrantes. Aunque encontremos alta densidad, no podemos hablar de una “forma de vida urbana”.
B. Inmigración. Nadie puede dejar de ver que la principal razón para el crecimiento poblacional de las ciudades es la alta migración desde el campo. En Medellín, la inmigración y sus consecuencias han sido estudiadas, y de estos estudios se infiere:
a. Hay varios tipos de migraciones o etapas en el proceso migratorio:
i. Migración del campo a un pueblo pequeño
ii. Migración del pueblo a una ciudad. Este paso puede logarse tras varios años de vivir en el pueblo, o en la siguiente generación. Esta categoría incluye la migración de aquellos que siempre vivieron en el pueblo.
iii. Migración directamente del campo a la ciudad.
Todos estos aspectos son importantes porque influyen en el proceso de asimilación. Es obvio, y los estudios lo demuestran, que las personas que migran directamente del campo a la ciudad tienen menor capacidad para adaptarse a la vida urbana.
b. El área de la ciudad a donde llega el migrante influye en el proceso de asimilación. En Medellín la mayoría de los migrantes llegan a:
i. La zona transicional del centro. Un verdadero tugurio que presenta altos niveles de deterioro físico y social
ii. Las invasiones periféricas o barrios piratas construidos por los mismos migrantes y que ya han sido descritos.
La investigación sobre Medellín ha encontrado que el primer grupo, a pesar de encontrarse en una situación difícil y un entorno social hostil, tiene más oportunidades de asimilarse a la vida urbana (si sobrevive). El segundo grupo, por otro lado, se inclina más a mantener la forma de vida rural, especialmente cuando el vecindario, como suele suceder, es habitado por parientes o personas de la misma zona rural, u otros migrantes rurales.
c. Causas de la migración: Entre las causas de la migración a Medellín se enfatizan las siguientes:
i. Razones individuales: Mejores expectativas de vida, trabajo, estudio, matrimonio, comodidad, atención en salud, son todas fuerzas de atracción. La falta de tierra y de empleo permanente, el tipo de trabajo y los bajos salarios rurales actúan para impulsar a los campesinos hacia la ciudad.
ii. Razones impersonales: La búsqueda de un mejor nivel de vida familiar, de un ambiente moral y cultural mejor, y en general buena comida y atención en salud, son las fuerzas más importantes de atracción. La violencia política rural (la inseguridad que ha afectado al campo colombiano en los últimos diez años) es el principal ímpetu para desplazarse del campo a la ciudad.
Hay otros aspectos que podrían considerarse en relación con las características de la inmigración, como la edad, sexo, nivel educativo, o estado civil de los migrantes. Estos aspectos son importantes, pero no serán discutidos en aras de concentrar la atención en el proceso general de urbanización.[4]
El mayor fracaso de Medellín
Como se dijo antes, Medellín no ha logrado cumplir su función de proporcionar un entorno aceptable para el desarrollo individual y social de sus habitantes. Este fracaso lo padecen especialmente los recién llegados que no logran ser asimilados en la vida económica y social de la ciudad. Esta incapacidad de adaptación se hace evidente sobre todo en:
Las favelas, tanto en el centro de la ciudad como en los suburbios. Las más distantes o “barrios piratas” han venido creciendo muy rápidamente, como se ve en estas cifras: En 1958 Medellín tenía 54 centros de invasión con una población de 55,100 personas, representando 10% de la población de Medellín. En 1964 el número de núcleos era 64 y la población 118,826, es decir 15% de la población total en su momento. En 1967 la “población pirata” era de 183,900 o 23% de los habitantes de Medellín, distribuidos en 67 núcleos.[5]
Pese a que esta población no se compone solamente de migrantes rurales, los estudios sobre este problema han mostrado que estos constituyen una alta proporción, probando que la mayoría de los migrantes tienden a establecer sus viviendas en estas áreas. El crecimiento de la migración familiar en los últimos cinco años se ha visto reflejado en el incremento de las favelas suburbanas. Antes, la inmigración era un acto individual llevado a cabo por hombres y mujeres en edad laboral, quienes llegaban a la ciudad, vivían en el centro, buscaban trabajo, y al lograr establecerse traían a sus familias. Pero el patrón familiar agrava los problemas actuales.
Los mayores problemas de la población de barriada en Medellín se pueden resumir así:
1. Desempleo: La falta de oportunidades nuevas en la ciudad, la falta de capacitación del campesino para el trabajo industrial, la falta de conocimiento de la ciudad y de conexiones con los empleadores, señalan las desventajas del migrante rural en un mundo de competencia.
La situación económica se hace aún más difícil porque en estos núcleos la población en edad de trabajar es apenas el 18,2%. En los barrios piratas, la población menor de 14 años es el 55,3%, comparado con el 43,7% en el total de Medellín. Podemos ver claramente la pesada carga soportada por la población activa. Además, los trabajadores están en el nivel más bajo de las categorías de ingreso (menos de $8000 pesos colombianos al año, unos US$450), y tienen el promedio más alto de personas por familia, con 6,5.
2. Vivienda: El problema de vivienda es una consecuencia natural de la situación económica y del alto costo de los arriendos en la ciudad en general, debido a la baja tasa de construcción de vivienda comparada con el crecimiento poblacional. La situación de la casa, si puede llamarse casa a estas formas primitivas de refugio, y el hacinamiento, son agravados por la falta de servicios públicos.
3. Servicios públicos: Los barrios “piratas” no tienen ni acueducto ni alcantarillado. La poca electricidad que tienen algunos es robada. Obtienen su electricidad de las líneas transmisoras que atraviesan el área. Las casas no están distribuidas de manera organizada, las calles son angostas, irregulares, sin pavimentar y llenas de desechos.
En estas áreas no hay escuelas, entonces no todos los niños pueden estudiar, ya que requeriría una larga caminada. En general, el bajo nivel educativo de la población adulta y la pobreza no fomentan la búsqueda de la educación. 24,1% de la población adulta es analfabeta, 58,9% abandonó la escuela primaria antes de quinto grado, y solo 17% terminaron la primaria. Además, la mayoría de los padres necesitan que sus hijos empiecen a trabajar cuando aún son muy jóvenes, con 12 años o menos, y no hay ninguna disposición legal que lo impida.
Consecuencias
La situación descrita presenta un panorama trágico con un fuerte impacto no solo en la población afectada sino en la vida social y económica de la ciudad.
1. En términos sociales: El inmigrante rural que llega a la ciudad lleno de expectativas, después de un tiempo más o menos largo de lucha inútil contra un entorno hostil y extraño, pierde confianza en sí mismo y en la sociedad. Muchas veces las consecuencias son: robo, prostitución, delincuencia, alcoholismo, y demás, con la subsecuente desintegración familiar, conflictos sociales, y en general deterioro de la vida social de la ciudad.
Además, el nivel individual se ve afectado por una pérdida de identidad. El individuo deja de ser miembro de un grupo o región. Es nadie, en una masa enorme. En otros casos, el individuo se integra a un grupo semi-rural donde continúa la forma de vida rural. En ninguno de esos casos se asimila el individuo a la sociedad urbana, y su anomia se hace permanente.
Sin embargo, lo que hemos dicho antes no significa que la migración rural necesariamente produzca la degradación personal, sino que este es el caso de un gran número de las personas estudiadas en Medellín. Por otro lado, muchos migrantes tienen una sensación de progreso y han alcanzado niveles económicos y culturales más altos de los que podrían alcanzar en el campo. La competencia urbana funciona como estimulante, impulsando al recién llegado a desarrollar su intelecto y sus habilidades industriales.
2. En términos económicos: El llamado “círculo vicioso de la pobreza” es una explicación clásica del subdesarrollo económico, visto desde una perspectiva capitalista. En el caso de la población de las barriadas de Medellín podemos analizar este círculo vicioso, no solo en los términos clásicos de formación de capital, sino también al decir que el bajo ingreso real confiere bajo poder adquisitivo, lo cual conlleva falta de acceso a educación y salud, lo que reduce la capacidad del individuo para trabajar y reducen sus ingresos. El círculo se cierra.
En relación con la economía nacional y de Medellín, podemos analizar la influencia de la población de las barriadas en el círculo de la pobreza, simplificado en el siguiente esquema:
Pero ahora la pregunta es: ¿Es la inyección de capital una condición necesaria para cualquier avance hacia el desarrollo económico? ¿Hay otras fuerzas que los países subdesarrollados puedan movilizar para romper el círculo vicioso de la pobreza? ¿Cuál podría ser un primer paso en un país como Colombia y en una ciudad como Medellín? ¿Cómo sería posible movilizar esas fuerza hacia la solución de los problemas más críticos? Se han ofrecido muchas respuestas, que comentaremos en la siguiente sección.
Conclusiones
Análisis de las soluciones posibles
Muchas soluciones se han propuesto para resolver los problemas que enfrentan la mayoría de las ciudades latinoamericanas como resultado del proceso rápido de urbanización. Vamos a analizarlas en términos de su efectividad y viabilidad en el caso de los problemas de Medellín.
A. Industrialización: Si consideramos que Medellín es un ciudad que está pasando de un período de despegue a uno de crecimiento sostenido, debido a su creciente industrialización, podemos buscar soluciones en este proceso. Sin embargo, hace falta reconocer las limitaciones de estas soluciones.
Es verdad que la creación de nuevas fábricas aliviaría el desempleo, pero ¿qué capital fundará nuevas fábricas? Hasta ahora, la industria ha sido empresa privada en un sistema capitalista, enfocado en la ganancia individual, sin ninguna orientación hacia el desarrollo económico del país. Así, cada nueva empresa (usualmente una ampliación o derivación de una empresa existente) se ubica sin considerar un plan regional o nacional de desarrollo. Además, el sistema administrativo, en un sistema de libre competencia, no tiene las herramientas para liderar el desarrollo en un área específica.
Así pues, en cuanto a llevar las fábricas al campo y crear nuevos polos de crecimiento, podemos decir que esto es inútil en un país como Colombia. Sin embargo, vamos a discutirlo.
- La fábrica en el campo: Muchos autores en países en desarrollo sostienen que los problemas del desempleo urbano, de vivienda, patologías, etc. que afectan a las ciudades latinoamericanas, podría aliviarse mediante la decentralización industrial. Pero esta es una solución muy cuestionable en el caso de Medellín y sus alrededores.
o Decentralizar con el objetivo de contener la migración rural a la ciudad sería inútil ya que el campesino difícilmente puede ser el nuevo obrero. Carece de habilidades industriales y la empresa gastaría mucho dinero si tuviese que tratar de entrenarlo para el trabajo industrial, lo cual sería imposible en la primera etapa de desarrollo.
o Los trabajadores calificados (ingenieros, administradores, etc.) tendrían que ser de la ciudad, y este tipo de profesional usualmente prefiere estar donde ya tiene sus conocidos y donde su familia está asentada. En consecuencia, no se llevaría a su familia, y viajar cada día o cada semana sería incómodo y costoso.
o Los alrededores de Medellín no tienen un sistema aceptable de transporte. Las carreteras están sin pavimentar, son estrechas y requerirían una alta inversión para ser útiles.
o El transporte de insumos desde la ciudad, o del producto hacia el mercado, elevaría el costo de producción.
o El campo carece de la energía y en general la infraestructura que la fábrica necesitaría.
Además de estas dificultades, hay que tener en cuanta que el migrante rural a la ciudad no solo espera trabajo, sino también educación, recreación, vida urbana, como la ha soñado. Entonces, otra propuesta sería crear todos estos servicios e infraestructura en el campo. ¿Sería económicamente factible? Si miramos a las características regionales tendríamos que decir que, dentro de la teoría de costos y beneficios, la industrialización de Antioquia rural es una utopía.
B. El desarrollo agrícola: Este podría ser un paso hacia el desarrollo nacional, pero no es una solución para las zonas urbanas. Dado que la ciudad proporciona tecnología, investigación, educación, y en suma todos los bienes necesarios para el desarrollo, cualquier avance rural depende de las instituciones que se encuentran dentro de la estructura de la ciudad. Además, con un simple análisis podríamos ver la situación en estos términos: Cualquier mejora de la productividad agrícola (debido a la mecanización, métodos nuevos y simplificados, etc.) conlleva una migración de población del campo a la ciudad, agravando aún más el problema.
Esto no significa que la agricultura deba estancarse, sino que la ciudad y en general la industria deben estar preparadas para absorber la población desplazada.
Finalmente debemos mencionar que el problema de Medellín no se debe a una alta densidad generalizada.
A partir de las posibilidades analizadas, podemos concluir que el primer paso hacia resolver el problema urbano de Medellín debe ser el aumento de la industria, servicios de transporte y vivienda. Las inversiones nacionales no solo pueden reforzar las industrias existentes, sino también estimular el crecimiento de otras que son esenciales para el desarrollo económico y social del país.
Las inversiones en la infraestructura necesaria (carreteras, electricidad) y en vivienda no solo apuntarían a resolver un problema crítico, sino que además crearían bastante empleo.
[1] Park, Robert A. Citado por Don Martindale – Introducción a la Ciudad, por Max Weber. The Free Press, N. Y. Tercera Edición, 1968, p. 21.
[2] Burgess, Ernest W., Park, Robert E. The City. University of Chicago, 1968.
[3] Park, Robert A. Citado por Don Martindale – Introducción a la Ciudad, por Max Weber. The Free Press, N. Y. Tercera Edición, 1968, p. 21.
[4] La información estadística usada en este capítulo fue tomada de:
1. United Nations – Population and Vital Statistics Report – October 1969.
2. Naciones Unidas – Informe del Seminario Interregional de las Naciones Unidas sobre las políticas de Desarrollo y la Planificación en relación con la urbanización.
3. Revista de Sociología – Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia, Diciembre 1968.